Íñigo de la Serna entregó la Medalla de Oro de la Ciudad a Rocío Cardeñoso durante un solemne acto que destacó el papel fundamental de la Enfermería en sus 100 años de historia
El Paraninfo de la Magdalena registró un lleno absoluto con más de 300 asistentes que disfrutaron de un solemne acto en el que el Colegio de Enfermería de Cantabria recibió el máximo reconocimiento del Ayuntamiento de Santander: la Medalla de Oro de la ciudad.
El acto contó con la corporación municipal al completo y comenzó con la lectura del acta de la concesión de la Medalla y con la intervención del alcalde, Íñigo de la Serna, un emotivo discurso que recorrió la historia de la Enfermería desde su nacimiento, hace 100 años, hasta nuestros días; elogió el papel de los enfermeros por su “profesionalidad, trabajo bien hecho y humanidad”, y destacó que “Santander le devuelve el afecto y la admiración a la insustituible profesión”.
La distinción puso el broche de oro a la celebración del centenario de la profesión enfermera -que se oficializó en la Real Orden firmada el 7 de mayo de 1915 por Alfonso XIII- y sirvió para dejar patente la realidad de la profesión en la actualidad. Fue el propio alcalde quien se refirió al Real Decreto de Prescripción Enfermera asegurando que “esta profesión no admite paños calientes y defiende su esencia y su presencia con honestidad y, últimamente, con el poderoso lema ´sin prescripción no hay profesión`”, un claro mensaje de apoyo al colectivo que lucha contra un texto aprobado el pasado 23 de diciembre calificado por Rocío Cardeñoso como “irresponsabilidad política” porque “pone en indefensión jurídica la práctica habitual de los enfermeros , sin ningún beneficio para el paciente ni para el sistema”.
La presidenta de los enfermeros cántabros también dedicó gran parte de su discurso a agradecer a todos los que apoyan al colectivo y han hecho posible este reconocimiento, desde las Juntas de Gobierno anteriores y el personal de la entidad, hasta instituciones como la Consejería de Sanidad o el Colegio de Médicos, pero, sobre todo, dio las gracias a sus compañeros por el esfuerzo constante y la dedicación a la sociedad que cada día demuestran en su profesión.
El himno de Cantabria y el de España clausuraron el acto oficial que prosiguió en el Palacio de la Magdalena con un cóctel en el que se brindó por una distinción merecida para el colectivo que lleva 100 años cuidando a la sociedad.