Rocío Cardeñoso. Presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria
Siempre me ha gustado mi profesión. Jamás he mirado el reloj a lo largo de mi jornada laboral y disfruto cada día de mi vocación enfermera y de un trabajo que me da infinidad de satisfacciones, como al resto de mis compañeros. Sin embargo, desde el miércoles no me siento bien, hace tiempo que me preocupa la situación actual del colectivo que represento, pero ese día ocurrió algo que me ha hecho reflexionar, escribir y pensar en un antes y un después: una compañera me contó, con gran desconsuelo, que en su servicio de urgencias tenía que trabajar a tal ritmo que no le daba tiempo ni de mirar la cara de sus pacientes.
Este tipo de declaraciones se repiten desde hace meses. El Colegio siempre se ha manifestado en contra de los recortes en Sanidad, recortes y no ajustes, como intentan vender. Y tratamos de adaptarnos a los medios, con mucho esfuerzo y a pesar de que estos recortes no responden a ninguna estrategia, y aunque ahorran a corto plazo van a generar más costes en el futuro.
Pero todo tiene un límite y el nuestro ha llegado porque ¡¡¡necesitamos mirar la cara de nuestros pacientes!!!, sus ojos, su sonrisa o su mueca de dolor. ¡¡¡Y escucharlos!!!, para conocer sus dolencias y para entenderlos, que también es una forma de ahorrar y, sobre todo, de hacer las cosas bien y de proporcionar la atención sanitaria que merecemos
Solicitamos un pacto de Estado por la sanidad, un acuerdo con políticos que trabajen para los ciudadanos por encima de otros intereses. Ya hemos hablado de un cambio de modelo de salud: proactivo y no reactivo, más eficiente y adaptado a los pacientes crónicos, que consumen el 80% de los recursos sanitarios. Para ello hay que gestionar que los enfermeros seamos más resolutivos y autónomos, es inconcebible que esté sin desarrollar la normativa que nos permite prescribir dos años después de aprobada, y que no podamos indicar fármacos que se compran libremente en las farmacias. Y en este cambio tenemos que participar porque conocemos el sistema y las claves para mejorarlo. No podemos tolerar ni un recorte más hasta que los recursos actuales se gestionen con eficiencia, un buen gobernante tiene que saber mucho más que sumar y restar, esas operaciones sabemos hacerlas todos.
Somos un recurso de sostenibilidad que no se gestiona con inteligencia, con alta capacitación pero sin pleno desarrollo competencial de nuestros puestos de trabajo. Hay que decir “basta” y adaptar la sanidad a la sociedad actual: cronificada y envejecida. Y les puedo garantizar que para ese nuevo modelo -similar al del norte de Europa- no sobran enfermeros, hacen falta más.
La consejera hace alegatos a favor de nuestra profesionalidad pero nos “estruja” más y más. Me preocupa muchísimo que los profesionales estén empezando a claudicar y a perder la ilusión que salva el modelo. Sin embargo, los enfermeros somos los que de manera especial estamos sufriendo la política de recortes de nuestra Comunidad:
- Sin consideración al colectivo, en la aplicación de las 37,5 horas semanales, no se contabiliza dentro de nuestra jornada el solapamiento necesario para mantener la continuidad de los cuidados a los pacientes. Esto supone que una enfermera a turnos en un hospital trabaja 40 horas semanales, pues tiene que entrar unos 15 minutos antes de su jornada y salir 15 minutos después, y la profesionalidad no tiene que ver con el voluntariado.
-A los profesionales del SCS se nos aplica de manera taxativa desde julio la jornada de 37,5 horas semanales, algo que no ocurre con otras categorías profesionales, en las que su aplicación es flexible; ni en otros funcionarios del Gobierno, que no sólo no han empezado con esta jornada sino que este verano han disfrutado de horario reducido.
-Sufrimos pérdida de puestos de trabajo, más paro, sobrecarga en los profesionales -con la consiguiente pérdida de calidad asistencial-, y cansancio y desmotivación, fruto de datos alarmantes, como los del Consejo Nacional de Enfermería, entre ellos que una UCI estaba atendida antes por 4 enfermeras y ahora por dos.
-Hace un mes llegaron al Colegio 500 firmas de enfermeras cántabras solicitando que intercediese con la consejera para conseguir la jubilación anticipada a los 60 años de enfermeras de Valdecilla que trabajan a turnos desde hace más de 40, a las que han quitado días de libre disposición y antigüedad, y la productividad. Además, ofrecían soluciones intermedias, como puestos con turnos y servicios adaptados a su edad y a su capacidad. Pero no ha pasado nada.
Y aún así, a pesar de la irresponsabilidad de los que ponen precio a la salud y no buscan soluciones, los pacientes, que son los que realmente importan, nos han puesto las mejores notas en la última encuesta de satisfacción del Servicio Cántabro de Salud. Muchos notables y sobresalientes que hacen que continuemos trabajando con profesionalidad y que nos obligan a luchar para que esta situación mejore. Lo hacemos por ellos....para poder mirar sus caras con honestidad.