Más de 390 alumnos han sido atendidos por enfermeros escolares en los cuatro colegios con este servicio de la Fundación Enfermería

  • 27/07/15
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El Colegio de Enfermería estima que en este curso se han evitado dos centenares de visitas  de escolares  a  los servicios de urgencias de Cantabria

El primer curso en el que cuatro colegios de Cantabria han tenido un enfermero escolar a tiempo parcial  terminó hace casi un mes con resultados muy positivos. Los dos enfermeros escolares que han desarrollado este servicio, Laura García y Pablo Pérez,  han atendido  a casi cuatro centenares de alumnos, han evitado decenas  de visitas de escolares  a servicios de urgencias,  y han conseguido la integración de alumnos con enfermedades crónicas,  educar en salud, fomentar hábitos en el consumo de fruta y en la higiene personal de los escolares y, sobre todo, mucha  tranquilidad de profesores y padres que se han  manifestado a favor de que esta figura se consolide y esté presente en la vida educativa de todos los colegios.   

 

Uno de los datos relevantes es  que el consumo de fruta ha aumentado en el alumnado de los cuatro  centros:  más de un 75 por ciento  desayuna fruta en el recreo al menos dos veces por semana y  hay alumnos que han comenzado a traer fruta todos los días  junto con otro tipo de alimentos como lácteos o cereales, y algunos que no comían fruta han comenzado a hacerlo.  Además,  se ha conseguido el objetivo de aumentar la autonomía en el cuidado de la alimentación de los alumnos: con frecuencia son ellos mismos quienes demandan a sus padres fruta para el desayuno.

 

Los datos se desprenden de un  informe de la Fundación Enfermería Cantabria, del Colegio de Enfermería,  que analiza los resultados del trabajo de  los dos enfermeros que han ejercido a tiempo parcial durante este curso en cuatro centros escolares de la región: Escolapios y Antonio Mendoza, en  Santander,  y Flavio San Román y Juan de la Cosa, en Bárcena de Cicero y Santoña respectivamente. 

 

Los enfermeros escolares han realizado 460  horas de acciones formativas dirigidas a todos los colectivos de la comunidad educativa que han obtenido  excelentes valoraciones. Por poner algún ejemplo,  la dirección del colegio  Juan de la Cosa  ha detectado que la figura del enfermero escolar “da tranquilidad a los padres,  la consideran imprescindible en un centro educativo, y ha conseguido avances notables en la mejora de la alimentación de los alumnos, en su higiene personal y en su educación sexual”; y  el AMPA del colegio Escolapios califica la educación en salud como “fundamental” para conseguir mejor calidad de vida de sus hijos  y  como “el complemento perfecto de los contenidos curriculares del centro”.     

 

El proyecto de Enfermería Escolar de Cantabria es novedoso y pionero en España y su  financiación procede de la Fundación Enfermería Cantabria (80 por ciento) y de convenios con las AMPAS y  de los propios centros escolares que tienen el servicio (20 por ciento) y ya ha recibido una mención especial en las Jornadas Nacionales de Enfermería  y muchas consultas de centros educativos que también quieren tener un enfermero escolar en las aulas para educar en salud y atender situaciones que no están en las competencias del  profesorado,  aunque se trata de una experiencia piloto de dos años de duración.