El Colegio de Enfermería de Cantabria reivindica la presencia de enfermeras en centros sociosanitarios y residencias de mayores

  • 28/10/20
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Pide la obligatoriedad de la contratación de enfermeras en estos centros  para coordinar los cuidados que necesitan los residentes y frenar los contagios por Covid-19

El Grupo de Geriatría del Colegio de Enfermería  de Cantabria alerta de la falta de enfermeras en muchos centros sociosanitarios y pide la obligatoriedad de su presencia para coordinar los cuidados que necesitan las personas mayores y dependientes y para frenar los contagios por Covid-19.

El Colegio explica que en la región  hay más de 60 centros  sociosanitarios y de dependencia,  con  más del 80 por ciento de  sus  plazas concertadas,  que cuentan con  unos 5000 residentes   atendidos por 160 enfermeras  en el mejor de los casos,  porque en  la época estival esta cifra baja considerablemente.  Estos datos  indican que el ratio general es de más de 31 pacientes por enfermera en el momento del estudio,  y hay que destacar que aproximadamente el 80 por ciento de estos residentes son dependientes. Con esta situación de carga de trabajo, a la que hay que sumar peores condiciones laborales que en  otros sectores y la  falta de reconocimiento por las autoridades sanitarias y la sociedad, es comprensible que las enfermeras no se queden a trabajar en las residencias teniendo otras opciones. 

Por otra parte, en las residencias donde hay enfermeras los cuidados los realizan ellas prácticamente todos, en las que no las hay los asumen las enfermeras del Centro de Salud que les corresponde,  pero debido a sus cargas de trabajo, acuden puntualmente, lo que supone una falta de continuidad de los cuidados y de calidad asistencial en detrimento de los residentes.

Desde hace años el Colegio de Enfermería ha reclamando la necesidad de regular la presencia de enfermeras en las residencias y ante esta demanda  ha sufrido un “peloteo” continuo entre la Consejería de Sanidad y la de Servicios Sociales, que,  a pesar de ser del mismo Gobierno y partido político,  ninguna asume la  dotación necesaria de enfermeras  aumentando las plantillas en los centros de salud o regulando la presencia de enfermería en las residencias,  y  alguien tiene que tomar una decisión definitiva a este problema.

A juicio del Colegio,  tampoco se entiende que   las residencias no  incluyan a las enfermeras como pilar básico de sus equipos profesionales cuando deberían ser prioritarias como  coordinadoras de los cuidados y promotoras de programas de prevención de salud.

Otro problema es que no está suficientemente valorado el trabajo que realizan las enfermeras de las residencias, tanto técnico como preventivo, cuando practican  analíticas, curas, cuidados de sondas de eliminación y alimentación, control de constantes,  además de acompañamiento y cuidados emocionales del paciente, que requieren  mucho tiempo  y conocimientos si se realizan correctamente. Además, los sueldos dependen,  en la mayoría de los casos,  del convenio del sector de la dependencia,  que es peor  que el de Sanidad, y conlleva, en muchas ocasiones,  trabajar  a destajo sin controlar todas las situaciones de cuidados que mejorarían la calidad de vida de los residentes y, sin embargo,  se delegan en otros profesionales con menor cualificación.

Para  terminar, el Colegio enfermero explica que la especialidad de Geriatría, dotada ya con numerosas profesionales formadas, podría cubrir las necesidades de una población cada vez  más envejecida,  y el lugar ideal para que puedan desarrollar su trabajo son  los centros de mayores, pero  en la actualidad  es impensable, porque ni siquiera se exige su  presencia en las residencias. Y su necesidad ha quedado aún más patente con el azote bestial que  ha supuesto la pandemia   de Covid-19 provocando la muerte de muchos ancianos en Cantabria que podrían haber disminuido  con protocolos específicos enfermeros  para frenar  los contagios.

Por lo tanto, el Colegio de Enfermería cree que la sociedad tiene que exigir la presencia obligatoria de enfermeras en las residencias porque no vale cualquier profesional para cuidar a los mayores ya que es imprescindible que  coordinen y apliquen sus cuidados  con una formación y unas capacidades para las que las enfermeras se han formado específicamente.