La Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria ha llegado  a un acuerdo con el Sindicato  Médico, que anunció a través de la prensa y que no se ha consensuado con ninguna otra organización ni profesión,  que contempla cambios organizativos y económicos que afectan a todos los profesionales y pacientes.  Y, por su parte, la Gerencia de Atención Primaria  está  anunciando verbalmente a sus equipos esos cambios en el Servicio Cántabro de Salud que pretende poner en marcha de forma inminente, como el aumento del horario de consultas hasta las 5 de la tarde o  la gestión compartida de la demanda urgente (un sistema por el que las enfermeras valoran a los pacientes cuando llegan a los servicios de urgencias para decidir si se les atiende en el día),  unos cambios que, según la Junta Directiva del Colegio de Enfermería,  afectarán en gran medida al trabajo de los enfermeros y se van a realizar  “con improvisación, sin haber contado con  todos los colectivos sanitarios y con el propósito de agradar a algunos profesionales y de hacerlos efectivos antes de las elecciones, cuando ha tenido cuatro años la Consejería para consensuarlos con el máximo órgano que regula la profesión enfermera”.

El Colegio destaca que “la Enfermería es una profesión autónoma por lo que cualquier cambio que la Consejería quiera realizar ha de contar con el colectivo enfermero, sobre todo si le afecta tan directamente como en este caso”. La entidad colegial no se niega a efectuar cambios en el SCS sino  todo lo contrario,  pero  explica que “los sindicatos no deben regular la praxis profesional  sino asuntos laborales y económicos”, y propone   “no poner parches a los problemas y realizar un análisis muy serio de la realidad para abordar un conjunto de acciones con unos objetivos claros y unas directrices que beneficien a los ciudadanos cántabros y promuevan su salud, con  iniciativas  tan importantes y necesarias  como la libre elección de enfermera o campañas informativas para que los pacientes sepan cuándo  y para qué deben  pedir  cita en las consultas enfermeras”. Además, la Junta deja claro que los enfermeros no deben tomar decisiones que excedan a su responsabilidad profesional por lo que propone “un modelo abierto y sensible que no provoque  intrusismo ni mala praxis”.

Por lo tanto,  la Junta  solicita  un cambio general y profundo: un nuevo modelo de Atención Primaria como base del sistema sanitario con los valores y principios del “Alma-Ata”, donde el valor debe ser la salud y no la enfermedad,  como está ocurriendo en la actualidad, y  que define la Atención Primaria “...como un conjunto de valores y principios rectores para el desarrollo sanitario y para la organización de los servicios de salud...”, por lo que su importancia radica en alcanzar el mejor nivel de salud para la sociedad, con  acciones  que deben decidirse entre los gobiernos, los profesionales y la propia comunidad,  pero  nuestro actual modelo operativo de atención parece cada vez más próximo a lo patológico, tal como muestran los actuales acuerdos entre médicos y representantes de la Administración.

Para terminar, la Junta Directiva del Colegio de Enfermería ofrece a las instituciones de Cantabria y a toda la sociedad el trabajo del colectivo de los profesionales enfermeros:     varias propuestas de mejora enfocadas a la Atención Primaria que han realizado tras un pormenorizado análisis bajo el enfoque de la salud.   En concreto,  hay un  documento,   titulado “Propuestas de mejora para el trabajo enfermero en Atención Primaria”,  que el Colegio presentó a la Consejera de Sanidad, María Luisa Real,   hace unos meses con el objetivo de “sumar” de cara una remodelación de la AP en un encuentro en el que la consejera se comprometió a crear un Grupo de Trabajo para desarrollar  un plan y estrategias de mejora de la AP, un compromiso que no solo no se ha cumplido, sino que la Junta Directiva del Colegio de Enfermería  ha conocido  la intención de la imposición de  los cambios por la prensa.