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Monografía sobre las emociones del parto

Título

Monografía sobre las emociones del parto

Autores

Rocío González Zubizarreta
Autor/a para correspondencia

Enfermera de Cuidados Intensivos Generales del H.U. Marqués de Valdecilla

gzrocio@hotmail.com

Resumen

En este articulo se ofrece una amplia definición del concepto de parto pero no sólo parto como proceso fisiológico. Se debe entender el parto como “experiencia de parto”, siendo un proceso único, complejo y multidimensional, estrechamente relacionado con el nacimiento de un bebe sano, y el proceso físico y mental del parto que culmina con la adopción del rol de madre.

Durante el proceso de análisis, de los artículos revisados, se ha comprobado que las emociones que más frecuentemente aparecen son: el dolor, el miedo, el temor o el sentido del control. Y todas estas emociones serán utilizadas por la mujer como determinantes para la génesis de una experiencia de parto positiva o negativa. Una experiencia positiva está relacionada con altos niveles de confianza, afianzamiento en el desempeño del nuevo rol, una lactancia eficaz y servirá para definir las expectativas para futuros embarazos y partos. Mientras, una experiencia de parto negativa, puede inducir a la depresión postparto, al estrés postraumático, a posibles problemas de pareja o familiares y problemas con posteriores partos. 

El objetivo de ésta monografía es conocer el concepto de experiencia de parto, conocer los sentimientos que se generan en la madre.

Abstract

This article not only offers how the process of normal human childbirth is if not it also shows a wide definition of de concept of childbirth. It is necessary to understand the birth as “an experience childbird” because it is an unique, complex and multidimensional process, which is closely associated  with the delivery of a healthy baby and the physical and mental process that ends up with taking on the roll of being mother. 

During the review process it has been verified that the most frequent emotions which appear in the birth are: pain, fear, worry and the sense of control sense.

All these feelings will be used by the woman as determinants for the development of a positive or negative birth experience. A positive experience is related to:

  • High-levels of confidence.
  • Reinforcement the performance of the new role.
  • An effective breastfeeding. 

This will serve to define the expectations for future pregnancies and childbirths.

While, a negative experience can cause:

  • Postpartum depression.
  • Post-traumatic stress.
  • Potential marital or relatives.
  • Problems in later deliveries.

The aim of this monograph is to know the concept of experience childbirth and about the feelings mother’s.

Artículo

foto portada

“Esta monografía es el resultado del trabajo de fin de grado tutorizado, por la profesora Lourdes Sevilla Miguélez de la Escuela Universitaria de Enfermería Casa de Salud Valdecilla de la Universidad de Cantabria.

El trabajo que se presenta ha sido adaptado por la autora con el objetivo de cumplir las normas de publicación de la revista Nuberos Científica.

El trabajo en su origen se encuentra incluido en el Repositorio de la Universidad de Cantabria”

1.- INTRODUCCIÓN

El concepto de parto normal tiene diferentes definiciones o interpretaciones a lo largo de la historia médica y enfermera. 

Desde un punto de vista anatómico, el parto es la expulsión del feto de la cavidad uterina y la posterior salida de los anejos.  

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) (1), el parto normal es de comienzo espontáneo, bajo riesgo al comienzo del parto manteniéndose como tal hasta el alumbramiento. El feto nace espontáneamente en posición cefálica entre las semanas 37 a 42 completas. Después de dar a luz, tanto la madre como el feto se encuentran en buenas condiciones. 

Otra definición por parte de la psicología, considera al parto como el fenómeno en el que factores fisiológicos, sociales, culturales y psicológicos interaccionan con la historia personal y familiar de la mujer, es lo que se considera experiencia de parto (2).

Y otra definición lo considera el proceso fisiológico único con el que la mujer finalizo su gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales. Su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo.

Considerando ésta última definición, se comienza y enfoca este artículo. 

En décadas anteriores el uso de métodos o protocolos destinados a iniciar, regular, acelerar o monitorizar el proceso del parto estaban en expansión. Se cambió la ubicación del parto, pasó del domicilio al hospital, se trató el dolor farmacológicamente, se dejó a la mujer sola y se consideró el parto como situación de alto riesgo con el único objetivo del buen desenlace para la madre y el hijo. Pero el “toque humano” durante el proceso se relegó a favor de la medicalización del mismo. 

Actualmente se intenta implantar un cambio de enfoque en la asistencia al parto, un cambio impulsado por múltiples factores sociales, científicos e incluso económicos. Un tránsito del modelo medico-intervencionista a un modelo basado en la evidencia científica, en el término parto como proceso fisiológico, en la consideración de la mujer como protagonista y a considerar a la matrona como nexo de unión entre el sistema de salud y la parturienta/familia.

Este cambio denota la creciente preocupación por parte de los profesionales implicados, como por parte de los órganos gestores y de la propia sociedad con las altas tasas de episiotomías 54,24% en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) y un 39,8% en el Hospital Comarcal de Laredo, partos por cesárea 24,59% en el HUMV y un 28,05% en el de Laredo, analgesia epidural, en mujeres que así lo deseaban,  un 100% en el HUMV y un 100% en Laredo (3). Un sólo dato la OMS incluye a la cesárea como indicador de calidad asistencial, considerando un valor de no más de un 15% como aceptable (1).

Todo esto lleva implícito grandes cambios tanto en los profesionales como en las instituciones como en la ciudadanía. 

Por parte de los profesionales; el cambio se produce en el concepto de parto, considerando éste como un proceso fisiológico y no como una situación de riesgo potencial, no vinculando el intervencionismo con altos niveles de seguridad. Tienen que ceder el protagonismo a la mujer y a su familia, ayudando a ésta a conseguir el mayor grado de autonomía posible. Desterrar el uso de prácticas habituales como son el rasurado del periné, uso de enemas,  amniorrexis, administración innecesaria de oxitocina o uso indiscriminado de episiotomías. 

Por parte de la mujer y del resto de la ciudadanía; sensibilizar a la mujer y a su pareja de sus derechos con respecto a todo el proceso del parto. Convertirse en sujeto activo de sus cuidados, tomando decisiones y haciendo uso de su autonomía y participación. Dotar a la mujer y pareja de una información comprensible, adecuada, veraz, respetuosa en la cual pueda sustentar sus propias decisiones.

En estos momentos en Cantabria existe un plan de atención al parto denominado Estrategia para la atención al parto normal puesto en marcha a partir del 2008.  

Con este plan Cantabria quiere responder a las nuevas demandas que la sociedad esta planteando, sirviendo como guía de actuación a los profesionales involucrados en la atención al parto para iniciar el cambio hacia un modelo asistencial respetuoso con la mujer, la familia, el recién nacido y los profesionales. 

En esta línea, el Hospital Comarcal de Laredo,  cuenta desde 2007 con el certificado de Hospital Amigo del Niño por haber implantado una serie de medidas que promueven la lactancia y el respeto al parto.

Por otro lado el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla se encuentra en estos momentos inmerso en la obtención de esta acreditación por parte de UNICEF. Para ello, viene desarrollando una política de cambios en su servicio de maternidad, introduciendo medidas que favorezcan el vínculo madre-hijo. La principal es el contacto piel con piel que se mantiene 1-2 horas después del parto y que en el caso de cesárea lo realiza el padre. Y otras medidas como mantener a la madre y al recién nacido juntos en la misma habitación, habilitar una sala de lactancia donde se puedan resolver dudas sobre la misma. Todo ello implica cambios en las infraestructuras, cambios en las prácticas profesionales y en su formación.  


2.- EMOCIONES EN EL PARTO

El parto es un proceso fisiológico universal influenciado por factores psicológicos, emocionales y sociales. Esto es lo que define el concepto de “experiencia en el parto” (2). 

La experiencia de parto es única, compleja y multidimensional, estrechamente relacionada con el nacimiento de un bebe sano, y el proceso físico y mental del parto que culmina con la adopción del rol de madre. Éste evento es una importante experiencia de vida, la cual marcará a la madre a lo largo de su vida (4. 5. 6). 

Una experiencia positiva está relacionada con niveles altos de confianza, lo que fortalece el vínculo madre-hijo, afianza el desempeño del nuevo rol, favorece el éxito de una lactancia eficaz y mantenida y define las expectativas ante posibles próximos partos e incluso modifica las relaciones entre la pareja (6. 7).

Por otro lado la experiencia de parto puede ser catalogada como negativa por la parturienta, y puede inducir a la depresión postparto, al estrés postraumático, a posibles problemas de pareja o familiares, a posibles problemas con posteriores embarazos y partos, llegando incluso a que las mujeres con experiencias negativas después de un parto vaginal, prefieran una cesárea en su próximo parto (4. 5. 8.).

Por lo tanto, los términos que definen el concepto de experiencia de parto son:

  • Individual. Es algo único y especial para cada mujer. Viene determinado por factores sociales, culturales, morales y también por las expectativas y anteriores experiencias. 
  • Complejo. Es un complejo multidimensional, la parte física definida por el proceso de parto y la parte psicológica relacionada con conceptos de control, sentimientos de apoyo y confianza, el dolor y el miedo. Además de multidimensional es complejo en si mismo, ya que  a lo largo del parto aparecen sentimientos encontrados variando a lo largo del proceso.
  • Proceso. Indica algo dinámico, que evoluciona. Comienza con la primera contracción y finaliza con el nacimiento de una nueva persona y la adquisición de un nuevo rol, el de madre.
  • Experiencia de vida. El parto es una experiencia en sí misma, es descrito como un momento maravillosamente doloroso, un punto de inflexión en la vida de cada mujer. Es un momento crítico y reflexivo, un cambio de identidad, una responsabilidad, una nueva persona. La mujer puede sentir que es el mejor momento de su vida y salir fortalecida o sentirse derrotada, decepcionada y humillada.

Toda mujer desarrolla sus propias expectativas de parto, el dolor que cada mujer espera sentir le puede provocar ansiedad o miedo. Puede aparecer miedo a no ser capaz, a sufrir, a la aparición de complicaciones en el parto o también relacionadas con el bebe, pero en muchos casos estos sentimientos pueden ser positivos como la alegría, la confianza, la fuerza y la satisfacción (9).  

La experiencia de parto es un proceso en el que aparecen sentimientos encontrados que varían a lo largo del mismo y que en las siguientes 24 horas al parto se modifican según hayan sido los resultados, principalmente si el bebe esta sano. 

Los principales sentimientos que afloran y que van a determinar el sentido que cada mujer va a dar a su experiencia son: el dolor, el miedo, el temor y el sentido de control.

 

2.1. Dolor 

Durante el siglo pasado, se ha intentado agrupar todos los procesos y sentimientos que genera el dolor en la persona en una definición, pero cada asociación o autor, ha dado su versión y es que el dolor tiene ese punto subjetivo que complica su definición y personaliza su aparición. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, dolor es “aquella sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior y exterior.”  

En la antigüedad clásica, se definía el dolor “como una alteración en el equilibrio entre los diferentes humores que constituían el organismo”.

La definición más aceptada es la de la Asociación Mundial para el estudio del Dolor que dice que “el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular, real o potencial descrita en términos de dicho daño.”

Pero todas estas definiciones no son útiles para hablar del dolor de parto. El dolor de parto es una experiencia individual, subjetiva, difícil de medir, un proceso complejo y multidimensional (10. 11). Aunque algunas características son comunes con otros tipos de dolores, sería un riesgo comparar este dolor con otros derivados de enfermedades o de origen traumático (12).

El parto supone una de las experiencias más dolorosas para la mujer y este dolor acompaña al proceso fisiológico y universal del parto (11. 12). Es un dolor que se ve afectado o modificado por varios factores físicos, sensoriales, afectivos o culturales y de ahí su carácter único (10). 

La edad, la paridad, trastornos de la  menstruación, las experiencias anteriores, el miedo, la ira, los sentimientos negativos hacia el embarazo, las expectativas, la información y la preparación son variables que influyen en la percepción del dolor (10). También se modifica por factores físicos, estando relacionado el grado de dolor con la intensidad y duración de las contracciones uterinas, con la dilatación del cérvix, con la posición del feto, con el descenso de la presentación, con el nivel de distensión del periné, con el propio proceso de nacimiento y posterior alumbramiento además, de las prácticas habituales como son la venopunción,  los sondajes, los tactos vaginales o la administración de Oxitocina (13).

Términos como: ardor, calambres, agudo, punzante, caliente, fuerte, palpitante, agotador e intenso son usados por las propias parturientas para describir este dolor (12).

Además de la dimensión física, el dolor en el parto tiene también una dimensión emocional, es un dolor que se le considera sentimiento. Es un indicativo de que comienza el parto y el desarrollo del rol maternal (6.10). Este dolor forma parte de la evolución del parto ya que se pasa de un estado completamente conocido como es el embarazo, donde la mujer desempeña un rol determinado, a un estado complicado, lleno de incertidumbre pero al mismo tiempo lleno de esperanza, de alegría y de expectativas. 

En el articulo “Dolor, temor y ansiedad durante el parto, como diagnósticos de Enfermería”, los autores sostienen que el dolor es el sentimiento que más destaca en la parturientas (97,3%) (14). Es un sentimiento que entra dentro de las expectativas de la mujer embarazada (11. 12) y su presencia determina la aparición de otras emociones como son el miedo, la ansiedad y la angustia (15). Pero también en muchos casos, sentimientos positivos como la confianza, el control y el crecimiento personal.

Este tipo de dolor es valorado como una oportunidad para el crecimiento personal, una oportunidad de hacerse las fuertes, de poner en marcha estrategias para hacer frente a situaciones estresantes; pero el dolor es uno de los determinantes para concluir o dar sentido a la experiencia de parto positiva o negativamente. Es determinante pero no en su naturaleza sino en las posibilidades de paliarlo o eliminarlo, en la forma de tratarlo (10. 12).

Como ocurre en la definición existen múltiples y diversos tratamientos, unos basados en evidencias científicas, otros en la cultura popular y otros sólo pueden ser explicados desde un punto de vista mágico o místico. Los tratamientos se pueden agrupar en farmacológicos y no farmacológicos. 

•Tratamientos farmacológicos. 

Son métodos cuyo uso está muy extendido, sobre todo en Países Occidentales. Sus efectos han sido ampliamente estudiados y su principal beneficio, y por lo que son muy populares, es el alivio prácticamente en su totalidad del dolor. Ejemplo de éstos tratamientos son el uso de opiáceos (como la petidina, principalmente) o el uso de agentes anestésicos (1. 11). Pero la técnica de este grupo más extendida y más demandada es la anestesia loco-regional.

•Tratamientos no farmacológicos. 

Éste tipo de tratamientos están ligados especialmente a la enfermería y es una tarea importante de la matrona ayudar a la gestante a hacer frente al dolor. Éstos tratamientos no se centran en el periodo de parto sino que se inician ya desde el embarazo con la preparación preparto (10. 11).

Existen multitud de maneras para prepararse ante la llegada del parto, una es en la que la propia gestante busca información en revistas, libros e Internet (9). Otra muy utilizada es preguntar a otras mujeres que ya han pasado por la experiencia, amigas y/o familiares. Pero también están dentro de éstas técnicas de formación, las clases de educación maternal que se imparten en centros de salud u hospitales, dónde una matrona explica en qué consiste el proceso, qué opciones de tratamiento existen y dónde las gestantes y sus parejas reconducen el hilo de las clases con sus dudas y argumentos.

Ambas formas de recabar información son igualmente válidas y adecuadas para la gestante, siempre que consiga información veraz que le ayude a alcanzar niveles más altos de autoestima, control y confianza. Y sean capaces de desarrollar expectativas realistas sobre la experiencia que van a vivir durante el parto.

 

2.2. Miedo

Como se ha tratado con anterioridad, la experiencia de parto es percibida por la mujer como un punto de inflexión y el embarazo como evento que pone a prueba la autoestima y la identidad como mujer (16). 

Paradójicamente en estos tiempos donde los cuidados o los servicios de maternidad, en los Países Desarrollados, son tan seguros, el miedo es un sentimiento que aparece descrito como ansiedad en un 43% y como temor en un 39,1% (14. 17.).

El miedo es definido como un sentimiento que tiene tres componentes: uno objetivo, mediado por el sistema nervioso simpático con manifestaciones físicas como el aumento de frecuencia cardíaca, de la tensión arterial, de  la contracción muscular, la miosis. Otro subjetivo que es la propia vivencia de la situación por parte de la persona y el último que es la necesidad imperiosa de escapar de la situación que genera este sentimiento (18). 

El miedo al parto está relacionado con depresión, vulnerabilidad, falta de apoyo social, falta de confianza en el equipo de salud y una experiencia de parto previa negativa. Además el miedo puede aumentar el riesgo de la aparición de complicaciones durante el parto y acabar con un parto instrumentalizado (15. 16. 17. 19).

A la embarazada este sentimiento le supone una prueba de su identidad como mujer, ella quiere culminar con éxito el proceso de parto pero se siente expuesta y sobrepasada por sus propias expectativas y las de los demás, se siente sola, atrapada en su embarazo que sabe que sólo puede acabar en un parto, siente que nadie la apoya, que nadie la comprende, que los demás consideran la capacidad de parir innata en toda mujer y esto supone para ella sentimientos de debilidad, de inferioridad y de ser peor madre a los ojos de los demás. La madre quiere tener al bebé pero sabe que esto, irremediablemente, pasa por un parto y es entonces cuando desea parar el tiempo. Se siente amenazada como si un peligro la acechase ya que el parto se puede desencadenar en cualquier momento (16. 20). 

Este miedo puede utilizarse también de forma positiva y útil como fuente de fuerza, de ser capaz de tener un parto normal, de ser una buena experiencia. Para ello intenta centrarse en los sentimiento que le genera el bebe para olvidarse del temor que padece ante la llegada del parto (16).

Existen diferentes causas que provocan el sentimiento de miedo:

•Miedo al desconocimiento y conocimiento. 

La mujer durante su embarazo crea una serie de expectativas, algunas de ellas realistas y otras no tanto, y según las expectativas que tenga, determinará su plan de parto y acompañarán al desarrollo de todo el proceso. Estas expectativas no son más que un intento de dar significado a un proceso desconocido para la mujer, un intento de disminuir la sensación de miedo y ansiedad para enfrentarse a una situación que le genera sentimientos encontrados de alegría, tristeza, dolor, miedo al inicio y necesidad de que acabe. Éste miedo se considera hasta cierto grado realista, normal y natural respecto al parto, al igual que ocurría con el sentimiento de dolor. Disminuirlo sigue siendo uno de los pilares básicos para la realización de las clases de educación maternal (15. 20). 

Pero al igual que desconocido, este proceso puede ser conocido y reconocido y esto ocurre en mujeres multíparas. En estos casos el miedo viene precedido por experiencias de parto anteriores traumáticas y negativas. Muchos estudios (16. 17. 18) se han centrado en conocer los factores que determinan que una experiencia acabe siendo percibida como traumática por la mujer. Estas variables son la falta de conocimiento, el dolor en la primera etapa del parto, sentimientos de incapacidad, debilidad, perdida de control, expectativas poco realistas, intervencionismos e interacción con el equipo de profesionales.

 

•Miedo generado por la información. 

Hoy en día la gran fuente de información llega de la mano de Internet. Existe en las embarazadas una necesidad de buscar información en la red para conocer cómo se desarrolla el feto, cómo es un parto, los síntomas que perciben en cada fase del embarazo y del parto. Internet se ha convertido en una fuente de información equiparable a la información que proviene del profesional. El principal problema de esta fuente de información es que muchas veces la información encontrada en errónea, ambigua y difícil de interpretar, por lo que lo que se consigue generar más miedos y dudas (20).

Otra fuente de información que puede generar miedo son las terribles historias sobre parto que la gente ante una embarazada se empeña en relatar (19. 20).

 

•Miedo al parto como proceso

Los tipos de miedo que aparecen durante el proceso del parto son el miedo a perder el control, a sentirse sola, a sufrir daños en el bebe o en ella misma y al dolor (19). Pero también se tiene miedo a otras situaciones tales como no saber cuándo ir al hospital,  a dar a luz de camino o a no reconocer las señales del cuerpo de inicio del parto (18).

Un miedo que está presente desde el embarazo y esta relacionado con los comportamientos, opciones de tratamiento y/o rutinas que la mujer establece durante el parto es el miedo a que el bebe sufra lesiones durante el parto (18).

 

•Miedo al dolor.

El miedo al dolor es un miedo inherente al parto, realmente la mujer tiene temor a que el dolor sea mayor que el de sus expectativas y que el dolor supere sus capacidades de manejo de la situación y sus estrategias para hacerle frente (19).

Para muchos profesionales sanitarios, según su experiencia laboral, éste miedo hará que la mujer reclame más métodos de alivio para el dolor, principalmente farmacológicos y sobre todos los posibles destaca la epidural (15. 20). 

El miedo al dolor es considerado por las matronas como lógico, normal y natural y su tratamiento consiste en dar a la parturienta opciones de técnicas de alivio tanto farmacológicas como no farmacológicas.

 

•Miedo a la maternidad.

En ocasiones éste miedo parece estar focalizado en el proceso del parto pero cuando se profundiza en los sentimientos de la mujer aparece que realmente el miedo es a la maternidad, a no ser una buena madre, a no saber atender al bebe, a no saber dar una lactancia materna efectiva. Todas estas dudas e incertidumbres no son más que miedo a lo desconocido y poco a poco serán resueltas gracias a la información de la que dispone la mujer y sobretodo al apoyo emocional de pareja, familia y profesionales (20).

 

•Miedo al servicio de maternidad y profesionales.

Como se ha comentado previamente uno de los factores que determinan que una experiencia de parto sea considera negativa, es la actitud de los profesionales que intervienen durante el parto. Se debe tener en cuenta que la maternidad como ambiente no deja de ser un sitio desconocido para la mujer. Además es un habitáculo diseñado para el uso del personal sanitario donde la comodidad de las embarazadas se ha relegado a favor del aparataje necesario en las intervenciones y donde la sobriedad y frialdad suelen ser la nota común.

Con más peso que lo anteriormente expuesto, existe un miedo a la interacción con el personal sanitario que se debe principalmente a años en los que un modelo biomédico dirigía los cuidados, donde el profesional era el protagonista, el encargado de tomar las decisiones y la parturienta era considerada tan sólo un cuerpo donde sentimientos y necesidades eran obviados al tratar con protocolos y tratamientos herméticos y estáticos (16. 19).

Pero ahora es el momento de hacer autocrítica y cambiar esta percepción. En un intento de mejora continua en la práctica médica y en la satisfacción de los pacientes, se considera necesario que la parturienta se sienta apoyada y estimulada por los profesionales, que se sienta informada y partícipe en la toma de decisiones y todo ello supondrá un aumento en la autoestima, confianza, sentido del control y por lo tanto se convertirá en una vivencia positiva para la mujer embarazada, porque como apoyan algunas matronas una experiencia de parto positiva acaba siendo el mejor tratamiento para el miedo a dar a luz (20).

 

2.3. Control.

Son numerosos los estudios (4. 21) que confirman el control como un claro determinante en el sentido que da la mujer a su vivencia de parto, influye tanto negativo como positivamente. El control abarca o se relaciona con los conocimientos, las estrategias para hacer frente a la situación, la toma de decisiones, el comportamiento de la mujer y del equipo (11. 12). Entendiendo como control la capacidad de abordar, enfrentar, controlar nuestro comportamiento y  nuestro cuerpo (esto se denomina control interno) como el controlar lo que están haciendo contigo (control externo) relacionado con la toma de decisiones (21). 

La mujer sabe que el parto viene acompañado de dolor, es una de las expectativas que más frecuentemente aparece en la mujer, pero también sabe que si es capaz de mantener el control, será capaz de manejarlo, no se sentirá desbordada y conseguirá niveles más altos de confianza en su habilidad para parir. Por lo tanto, dolor y control van ligados, el dolor determina el control, puede perder el control o aumentarlo y a su vez el control determina el nivel de percepción de dolor; traduciéndose todo esto en la necesidad, de más o menos, tratamientos de dolor (10. 11. 21). 

El sentimiento de control es una estrategia más para hacer frente al parto, es una estrategia que se puede entrenar para que la mujer aumente los niveles de control y en esta preparación tiene un papel fundamental la matrona. La matrona durante las fases de preparto y parto tiene medios para mejorar y hacer consciente a la mujer de su sentido de control (11). 

Durante el preparto, en las numerosas consultas y en las clases de educación, la matrona facilitará a la mujer información con la que crear sus expectativas realistas y alcanzables. Le enseñará estrategias para afrontar el parto como pueden ser técnicas de relajación, de respiración o posibles posturas durante la fase de dilatación. También le indicará las opciones que existen y que puede reclamar durante el parto. Debe conseguir que la mujer se implique en sus cuidados, que sea parte activa en los mismos, que se considere protagonista de su parto (11). 

Todas estas estrategias y acciones, y principalmente la toma de decisiones, conseguirá que la mujer presente en el parto niveles más altos de control, sabrá como enfrentarse a lo que le espera y todo ello mejorará la confianza, la autoestima y el control ante situaciones que en un principio son catalogadas como estresantes alcanzando una experiencia positiva de parto (11. 22). 

Durante el parto, la matrona es fuente principal y fundamental de estímulo de apoyo emocional y el profesional más accesible del equipo y por lo tanto una fuente importante de información. De ella depende además de la estrecha vigilancia del parto como proceso fisiológico, la incorporación de la mujer a sus cuidados, lo que supone fomentar el sentido de control. Deberá conocer, consultar y respetar las decisiones que la parturienta elija, muchas de ellas vendrán recogidas en el plan de parto desarrollado previamente, y por lo tanto la matrona deberá de buscar alternativas que respeten las opciones que la mujer haya elegido (4. 9. 11. 22). 

Pero al igual que la matrona, el acompañante tendrá un papel importante en el sentido de control de la mujer durante el parto. Por este motivo, es de vital importancia elegir a conciencia quien va a ser la persona que esté ahí en ese momento. El acompañante puede con técnicas de masajes, estímulo de la respiración o simplemente coger la mano o estar con ella, transmitir a la mujer que todo esta bien, apoyará la confianza en ella misma y se convertirá en una fuente de apoyo y comprensión que conseguirá niveles elevados de control traducido en sentimientos positivos hacia el parto (23).

Por lo tanto, el control es un sentimiento que acompaña a la mujer en situaciones de estrés como supone el parto, la mujer puede perderlo e irremediablemente se sentirá atrapada por la situación y no podrá manejarla o por el contrario, puede entrenarlo y conseguir niveles altos de control lo que le ayudará a generar una experiencia de parto positiva y determinará futuros posibles embarazos y partos (11).

Todas estas emociones o sentimientos deben ser respetados, atendidos y conocidos por los profesionales que atienden al parto (22). El parto no sólo es un proceso fisiológico por el que un feto sale de la cavidad uterina a través del canal del parto, es una nueva vida, es un proceso complejo donde lo físico se mezcla con las experiencias de vida de la parturienta, con los factores culturales, emocionales, familiares y todo eso hace que cada parto sea un momento especial y único. Por este motivo es muy complicado poder tratar objetivamente y desde una distancia profesional el tema de las emociones en el parto.

 

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