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Parálisis cerebral infantil y disfagia

Título

Parálisis cerebral infantil y disfagia

Autores

Ana Martínez Díaz
Autor/a para correspondencia

Enfermera.Personal del Área Sanitaria Centro de Atención a la Dependencia Sierrallana

madizna98@hotmail.com

C. Sánchez Sanmartín

Licenciada en Medicina. Personal del Área Sanitaria Centro de Atención a la Dependencia Sierrallana

V. Sirvent Navarro

Enfermera. Personal del Área Sanitaria Centro de Atención a la Dependencia Sierrallana

Resumen

Abstract

Artículo

foto portada

1.- INTRODUCCIÓN

La deglución es un proceso complejo y requiere la coordinación de los nervios craneales, el tronco cerebral, la corteza cerebral y los músculos de la boca, la faringe y el esófago. Estos nervios canalizan las sensaciones y movimientos relacionados con la deglución. Cualquier anomalía que afecte a estos nervios, a la corteza cerebral, cerebro medio o cerebelo puede repercutir negativamente en la capacidad de deglutir.[1]

Las cuatro fases de la deglución son:

  • Fase preparatoria oral: es voluntaria. El líquido y la comida son manipulados para formar el bolo alimenticio. Durante esta fase el bolo se queda entre la lengua y el paladar duro, y el paladar blando desciende para evitar que el bolo acceda a la faringe. Las vías aéreas se encuentran abiertas.
  • Fase oral: es voluntaria. El paladar blando se eleva y la comida se mueve mediante movimientos peristálticos hasta la faringe. Se cierra entonces de forma simultánea la naso-faringe.
  • Fase faríngea: es voluntaria e involuntaria. El bolo alimenticio se transporta a través de la parte posterior de la faringe. La laringe se cierra para proteger las vías aéreas y entonces se abre la parte superior del esfínter esofágico.
  • Fase esofágica: es involuntaria. Sigue a la fase faríngea. El bolo alimenticio es transportado al estómago mediante movimientos peristálticos.[2]

La disfagia es la  dificultad para deglutir, que puede resultar de una lesión o de una enfermedad neurológica.[1]

Signos y síntomas de la disfagia en niños

  • Babear excesivamente.
  • Problemas al masticar y deglutir.
  • Expulsar la comida de la boca por una falta de control de la lengua.
  • Escupir y rechazar la comida.
  • Aumento de la duración de la alimentación, por ejemplo más de 45 minutos.
  • Signos de aumento del esfuerzo, fatiga y disminución del estado de alerta.
  • Dificultad para controlar líquidos, semisólidos y sólidos.
  • Signos de distres respiratorio durante la alimentación: cambios en los patrones normales de la respiración, respiración con esfuerzo, respiración ruidosa.
  • Signos de aspiración: ahogo, tos, atragantamientos y sibilancias.
  • Historia clínica recurrente de infecciones respiratorias.
  • Sensibilidad oral al tacto extrema. Signos: sensibilidad de contacto extrema dentro y alrededor de la boca, rechazo de la comida o muecas faciales, intolerancias a ciertas texturas de alimentos.[2]

La Parálisis Cerebral Infantil (PCI) causa distintas alteraciones motoras que alteran tanto la función esofágica como la orofaríngea. Son frecuentes los problemas de habla, deglución y respiratorios.[4]

Los reflejos primitivos presentes en el lactante normal son esenciales y forman parte del desarrollo normal del niño. La persistencia de éstos y otros reflejos primitivos, tales como el reflejo tónico - asimétrico del cuello, puede interferir con la alimentación de un paciente con PCI. [5]

Respuestas anormales tales como el reflejo de mordisqueo, reflejo de succión-deglución, falta de lateralización en la lengua, inestabilidad mandibular o mordida fásica pueden limitar de forma grave la capacidad del paciente para masticar, colocar y tragar el bolo alimentario de forma segura. También dificulta la alimentación el babeo excesivo, e incrementa el riesgo de bronco aspiración. [6]

imagen cuatro cabezas

Los niños con  PCI tienen dificultad para controlar la lengua y manipular el bolo alimenticio. Presentan problemas para mover la comida desde la boca hasta la faringe, retrasando el acto de tragar en la faringe. El retraso o falta de inicio del reflejo de tragar incrementan el riesgo de aspiración al quedar desprotegidas las vías respiratorias. [1]

 

Valoración de los problemas alimentarios y del estado nutricional

  • Anamnesis completa sobre antecedentes perinatales, enfermedades y tratamientos previos.
  • Evaluación del desarrollo psicomotor.
  • Valoración de la deglución:

          Deberá de cubrir tres aspectos principales:

                    - Determinar la capacidad para mover las partes del cuerpo asociadas con los mecanismos de la deglución: cabeza, cuello y hombros.

                    - Valorar las actividades vegetativas: succión, deglución, mordedura, mascado y actividad respiratoria

                    - Valorar su capacidad para mover y manejar los órganos de la elocución: mandíbula, labios, lengua y laringe.

  • Historia alimentaria: tiempo de duración de la alimentación, síntomas sugestivos de disfagia, posturas, alimentos con los que presenta ahogo.
  • Valoración del estado nutricional. [7,8]

      

Consecuencias de los problemas de alimentación

Estos problemas son muy diversos:

  • Duración muy prolongada de las comidas.
  • Dificultades para la masticación y la deglución
  • Ingestión de escasa cantidad de alimento o su rechazo.
  • Vómitos frecuentes. 

La principal consecuencia de todo esto es la malnutrición, que está presente en uno de cada tres de los niños con déficit neurológico importante.[9]

 

Manejo de la Disfagia

Posición

El objetivo es mantener alineado el cuerpo. Los niños con escaso control de la cabeza y escasa estabilidad del tronco requieren unas técnicas de posicionamiento apropiadas e individualizadas.

Para evitar la aspiración del bolo alimenticio y paso de éste hacia la faringe (fase oral), en niños con grandes problemas de deglución. Se debe de colocar al niño de la siguiente manera:

  • Bajar la barbilla.
  • Reclinar 30º y flexionar la cadera.

En niños con problemas en el paso del bolo alimenticio de la faringe hacia el esófago (fase faríngea), se recomienda colocar al niño en:

  • Posición recta con el cuello y la cadera flexionados.

Nunca se debe alimentar con el cuello extendido.

Dieta

Los niños con disfagia pueden tener dificultades para controlar diferentes tamaños del bolo alimenticio, sabores y texturas.

Modificaciones recomendadas según las necesidades de cada niño:

  • Se puede variar el tamaño del bolo con diferentes texturas para que la capacidad de deglutir sea más eficaz.
  • Niños con afección en la deglución pueden tolerar mejor una textura consistente que una textura fina y más líquida, pero  pueden  requerir  más  tiempo  para  masticar. Se recomiendan los líquidos densos, ya que reducen el riesgo de aspiración, pudiendo utilizarse almidones para espesar los líquidos.
  • Debe  ofrecerse  al  niño  una  amplia  gama  de  sabores  de  la  textura  recomendada.  Registrar  la  tolerancia  y  preferencias  del  niño.
  • Los  niños  varían  en  cuanto  a  la  respuesta  hacia  la  temperatura  de  los  alimentos. 

Utensilios disponibles

  • Diferentes  tamaños  y  formas  de  cucharas,  para  controlar el  tamaño  del  bolo.
  • Platos  con  bordes  de  protección.
  • Cuencos  con  soportes,  o  con  manteles  antideslizantes.
  • Mangos  especiales  para  tenedores  y  cucharas, que  serán curvos  para  niños  con  movimientos  limitados.
  • Dispositivos  de  soporte  como  cabestrillos  y  protecciones  de  dedos  y  brazos.

 

Prevención de las complicaciones

-  Broncoaspiración:  mediante  la  observación  de  signos  como  tos,  atragantamiento  o  distrés  respiratorio. Se debe registrar  tipo  y  frecuencia  respiratoria.

-  Reflujo gastroesofágico (RGE):  ocurre  en un  porcentaje  elevado  de  pacientes  con  lesión  neurológica, sobre  todo  cuando  existen  alteraciones  motoras  severas. Es  una  manifestación  de  una  dismotilidad  que  afecta  a  todo  o  parte  del  tubo  digestivo.

-  Poner  en  posición  de  sentado  o  en  decúbito  supino  a  los  lactantes, espesar  las  tomas que deben ser  frecuentes y en  pequeñas  cantidades,  administrar medicamentos  como  antiácidos,  procinéticos,  omeprazol… Cuando  todo  lo  anterior  fracasa  puede  ser  necesario  recurrir  a  la  cirugía  ya  que  el RGE  puede  ser  causa  de  aspiración.

-  Desnutrición: monitorizar  el  estado  de  crecimiento, hidratación  y  nutrición  de  los  niños  con  disfagia.  Poner  en  marcha  actividades  específicas  para  mantener  la  nutrición  y  la  hidratación  oral,  basándose  en  las  necesidades  individuales  de  cada   niño. [10]

 

Información al Cuidador

  1. Conseguir  una  postura  estable  adecuada  durante  las  comidas,  que  puede  ser  diferente  en  cada  niño. 
  2. Preparación  de  comidas  con  texturas  adecuadas  para el  niño, se pueden utilizar  productos espesantes.
  3. Las  raciones  deben  ser  pequeñas.
  4. La  duración  de  las  comidas  no  debe  ser  superior  a  30  minutos.
  5. Evitar comer  entre  horas.
  6. Usar utensilios  adaptados  para  comer.
  7. Las  comidas  deben  ser  momentos  placenteros. [9]
  8. Mantener un ambiente  tranquilo (evitando  ruidos y distracciones).
  9. La  comida  no  debe  utilizarse  como  castigo  o  recompensa.
  10. Limpiar  la  boca  o  realizar  otras  tareas  de  limpieza  personal  sólo  cuando haya terminado  de  comer

 

2.- BIBLIOGRAFÍA

[1] Ramritu P, Finlayson K, Mitchell A, Croft G. Identification and Nursing Managament of Dysphagia in individuals with Neurological Impairment. The Joanna Biggs Institute for Evidence Based Nursing and Midwifery; 2000. Systematic Review No.8.

[2] Reproducido del Best Practice 2000; 4 (3): 1-6 ISSN 1329-1874. Actualizado 20-03-07: “Identificación y manejo de la disfagia en niños con afectación neurológica”.

[3]  Zorowitz R. Speech Therapy and disorders of deglutition. En: Lazar R.Editor Principles of Neurologic Rehabilitation.U.S.A: Mc Graw-Hill, 1997.

[4]  Aguilar Rebolledo, F. Plast & Rest Neurol 2006; 5 (1): 52-57. Enero-Junio 2006: “Disfagias neurológicas más comunes en niños y adulto

[5]  Dahl M, Thommenssen M, Rasmussen M etal. Fedding and nutricional characteristics in children with multiple moderate or severe cerebral palsy. Acta Paediatr, 1996; 85-697.

[6] Griggs CA, Jones PM, Lee RE. Videofluroscopic investigation of feeding disorders in children with multiple handicap. Dee Med Child Neurol., 1989; 31- 203.

[7] Kruseu, K. (1993). "Medicina física y rehabilitación".. Crickmay, Marie (1977).

[8] "Logopedia y el enfoque Bobath en Parálisis

 [9] J.M. Moreno Villares, M.J. Galiano Segovia, M.A. Valero Zanuy,  M. León Sanz. “Alimentación en el paciente con parálisis cerebral”. ACTA Pediátrica española 2001, 59 (1). “Alimentación en el paciente con PCI”

[10] Best Practice 2009; 13 (1): 1-4 “Valoración y manejo de la disfagia en niños con afectación neurológica”.

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