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Lactancia materna exclusiva y el inicio de la alimentación complementaria en un Área Sanitaria de Cantabria

Título

Lactancia materna exclusiva y el inicio de la alimentación complementaria en un Área Sanitaria de Cantabria

Autores

María Teresa Gil Urquiza
Autor/a para correspondencia

Matrona del Centro de Salud El Alisal del Área Sanitaria Santander

mgilu@gap01.scsalud.es

María Teresa Alvarez

Jaime Barranco

María Jesús Barcenillas

Roberto Arozamena

Sonia López

Raquel Díez

Resumen

Accésit Premio ‘Sor Clara’ de Investigación en Enfermería 2010.  Colegio de Enfermería de Cantabria (8ª Edición)

Abstract

Artículo

foto portada

1.- INTRODUCCIÓN

La lactancia materna es la manera ideal de alimentar al recién nacido durante los primeros meses de vida. Actualmente, existe una amplia evidencia científica que avala la supremacía nutricional de la leche materna para la alimentación del recién nacido y lactante1. No existe ningún riesgo evidente en recomendar, como política general, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida no solo en lugares que pertenezcan a países en vías de desarrollo, sino también en los países desarrollados2.

Los objetivos de salud “Healthy People 2010” establecen una tasa de lactancia materna exclusiva de inicio al alta hospitalaria del 75%, un 50% a los 6 meses y el 25% a los 12 meses. Como recomendación de salud pública mundial, la 55ª Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que, “durante los primeros 6 meses de vida los lactantes deberían ser alimentados exclusivamente con leche materna para lograr un crecimiento, un desarrollo y una salud óptimos. A partir de ese momento, a fin de satisfacer sus requisitos nutricionales en evolución, los lactantes deberían recibir alimentos complementarios oportunos, adecuados e inocuos, desde el punto de vista nutricional, sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años de edad o más tarde”.3-6

La alimentación complementaria (AC) se define como el proceso que comienza cuando la leche materna sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes, a partir de ese momento, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la leche materna. Con la incorporación de nuevos alimentos se inicia la adquisición de los hábitos alimentarios que entre los dos y tres años de vida se establecerán como definitivos. El rango de edad óptimo para dar alimentación complementaria, en los niños con lactancia natural, está habitualmente entre los 6 y 24 meses de edad.3

La American Academy of Pediatrics (AAP)(7), la American Dietetic Association (ADA)(8) y la Asociación Española de Pediatría (AEP)(9) recomiendan una lactancia materna exclusiva (LME) durante los primeros 6 meses de vida y el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses, mientras se continúa lactando al pecho a demanda hasta los 12 meses, pudiendo alcanzar ésta los dos años. En los niños alimentados con lactancia materna o de biberón, la alimentación complementaria debe iniciarse entre los cuatro y seis meses de edad8. El Comité de nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) comparte la recomendación de la lactancia natural durante los primeros 6 meses del lactante como meta deseable, pero recomienda no iniciar la alimentación complementaria antes de las 17 semanas de vida ni después de las 26 semanas.10

En España, no se dispone de un sistema de monitorización de la situación de la incorporación de alimentación complementaria. La mayoría de los estudios son locales, realizados por grupos aislados y tienen entre sí grandes diferencias metodológicas, de origen geográfico y de tamaño de la muestra, que hacen difícil interpretar y comparar los datos obtenidos. La mayoría de los estudios hallados se han realizado antes de la publicación de las últimas recomendaciones en relación al momento de inicio de la AC por parte de las sociedades científicas.

Se han realizado estudios para determinar los factores que influyen en el inicio y duración de la lactancia materna, pero son menos frecuentes los que se ocupan de los factores que se asocian con el momento de la introducción de los alimentos sólidos en los lactantes. Por este motivo, nos planteamos realizar este estudio con los objetivos que se detallan a continuación.

 

2.- OBJETIVOS

  • Identificar el momento de introducción de la alimentación complementaria en los lactantes alimentados con lactancia materna en un Área Sanitaria de Cantabria.
  • Conocer las características maternas e infantiles relacionadas con la introducción de los alimentos complementarios.
  • Determinar si esta práctica de alimentación del lactante se ajusta a las recomendaciones de la OMS.

***Foto bebé

3.- MATERIAL Y MÉTODOS

El estudio se ha realizado en un Área Sanitaria de Cantabria, sobre la población nacida de forma consecutiva desde el 15 de noviembre de 2006 hasta el 16 de enero de 2008 en el Hospital del mismo Área. Es un Hospital público, de Categoría 3 de la Comunidad Autónoma de Cantabria, atiende a una población de 87.000 habitantes y dentro de su cartera de servicios se encuentra la asistencia al embarazo y parto.

Se ha realizado un estudio descriptivo, de diseño longitudinal y prospectivo (estudio de cohortes), con el seguimiento de la madre y el niño desde el nacimiento y durante los seis primeros meses de vida. La muestra está formada por 602 mujeres y sus recién nacidos.

fig 1 bebe

Durante el periodo de estudio se atendieron 636 partos, quedaron excluidos del estudio a 34 binomios madres-recién nacidos por los siguientes motivos: en nueve casos porque las madres no tenían su residencia habitual en Cantabria, aunque fueron atendidas en el parto en este centro como desplazadas, en cinco casos porque se trasladaron a los recién nacidos al Hospital de referencia de nuestra Comunidad Autónoma por presentar alguna complicación grave después del parto, 11 madres no desearon participar en el estudio, cuatro casos se excluyeron por dificultades con el idioma que hacía imposible la comunicación con las madres, dos casos por enfermedad materna y en tres casos por muerte fetal anteparto en diferentes edades gestacionales.

fig 2 bebe

La variable resultado del estudio fue la edad de introducción de alimentos sólidos, semisólidos y suaves y la duración de la lactancia materna durante un seguimiento de 6 meses a partir del nacimiento. Para ello, se define la alimentación que recibe el lactante durante este periodo con los indicadores de lactancia que recomienda la OMS11, quedando expresados de la siguiente forma: se describe como lactancia materna exclusiva (LME) cuando es lactancia materna el único alimento que recibe el lactante, lactancia materna predominante (LMP) cuando recibe además de pecho otros líquidos (agua, infusiones, sueros de rehidratación oral, etc.), lactancia materna cuando recibe el pecho más otra leche o alimento y destete cuando solo recibe leche de fórmula. Los índices de lactancia también se han definido de acuerdo a las recomendaciones de la OMS.

Se consideró una introducción temprana de sólidos cuando se realiza antes de la 17 semana de edad del niño/a, que se corresponde con el final del 4º mes y una edad adecuada a las recomendaciones de la OMS cuando la introducción de la alimentación complementaria se realizó después de las 26 semanas de edad, que se corresponde con el 6º mes de vida.

Esta información se elaboró a partir de las cuatro preguntas ‘alimentación en el día de ayer’, basadas en el recordatorio de alimentación del día anterior propuestas en el cuestionario del programa para el procesamiento de encuestas de LM (LACMAT 3.3) basado en el programa Epilnfo 6.02, diseñado por los doctores Marcelo Jaquenod y Fernando Vallone, de la Asociación Argentina de Pediatría (AArgP). En cada entrevista telefónica se obtuvo información sobre las prácticas de alimentación infantil incluida lactancia materna, lactancia de biberón e introducción de alimentación complementaria de otros líquidos y alimentos sólidos, semisólidos y suaves.

En el estudio se incluyeron variables predictoras (potenciales factores de riesgo y/o protectores y variables de control):

  • Sociodemográficas: fecha y lugar de nacimiento de la madre, residencia habitual, modelo cultural de los padres, modelo familiar, nivel cultural y socioeconómico de los padres, estado civil y situación laboral de la madre, paridad.
  • Actitud hacia el amamantamiento: decisión previa sobre amamantamiento, experiencia previa, información sobre lactancia, razones por las que decide dar de mamar, opinión de la pareja y apoyo familiar para la lactancia.
  • Factores prenatales: semana del primer contacto con los servicios sanitarios para la atención del embarazo, profesionales que la atendieron en el embarazo, asistencia a las sesiones de educación maternal, opinión sobre el embarazo, hábito tabáquico.
  • Factores perinatales:

                  -Con relación al recién nacido: edad gestacional, test de apgar, sexo, peso, longitud, patologías del recién nacido durante su estancia hospitalaria.

                 - Con relación al parto: tipo de parto, tipo de anestesia utilizada en el parto, opinión de la madre sobre el parto, presencia del padre. Estas variables se recogerían directamente de la historia clínica.

                 - Con relación a las prácticas hospitalarias: tiempo transcurrido desde el nacimiento hasta la primera puesta al pecho, ayuda recibida en el hospital para el amamantamiento, utilización de chupetes, pezoneras y/o tetinas, información recibida sobre la técnica correcta, ayuda para resolver los problemas que se han presentado, fecha de alta hospitalaria.

  • Variables relacionadas con el abandono de la LM y con la incorporación de otros líquidos y/o alimentos: motivo de abandono, momento de inicio y persona que indica el destete y/o la incorporación de otros líquidos y/o alimentos.

El reclutamiento de las madres se realizó en la Consulta de Fisiopatología Fetal (CFF). Esta es una actividad realizada por las matronas del hospital, en el paritorio, a partir de las 38-39 semanas de gestación, dentro del Protocolo de Control del Embarazo. Cuando el primer contacto de la mujer con la matrona tenía lugar el mismo día del parto, situación que puede darse cuando el parto se produce antes de la cita programada a la consulta (CFF) o, en el caso de mujeres que no se hubieran controlado el embarazo en nuestra Área, era utilizado ese mismo día para realizar el reclutamiento para el estudio.

Los datos fueron recogidos en diferentes momentos. Utilizando un cuestionario validado mediante un panel de expertos, mediante entrevistas directas hasta el alta hospitalaria y, posteriormente, telefónicas a los quince días de vida, al mes tras el nacimiento y, después, mensualmente hasta finalizar la LM o al llegar al sexto mes. En todas ellas, se realizó ‘la encuesta de alimentación en el día de ayer’ y, en su caso, la de factores de abandono de la lactancia materna.

Se consideró iniciada la lactancia materna cuando la madre puso a su hijo al pecho más de una vez.

A lo largo de los seis meses de seguimiento, mientras las madres continuaban con lactancia materna, hubo un total de 5 madres que en diferentes momentos no pudieron ser localizadas, considerándose como casos perdidos del estudio (0,83% de la muestra).

El proyecto  fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación Clínica de Cantabria. El tratamiento de los datos se ha realizado garantizando la confidencialidad de los mismos y de la información del estudio (Ley Orgánica 15/1999 de Protección de Datos de carácter personal). El reclutamiento se realizó explicando detalladamente a la mujer en qué consistía el estudio y solicintado su colaboración y consentimiento. Se elaboró un documento para el consentimiento informado.

Análisis estadístico.

Todos los cálculos se realizaron con el programa SPSS®,15. Para la descripción de las variables cualitativas se emplearon los porcentajes y para las cuantitativas, la media aritmética y la desviación estándar (DE). En los test de hipótesis se utilizaron los test de la t de Student, el análisis de varianza. Para describir la evolución del inicio de la introducción de los alimentos empleamos el método de Kaplan-Meier, el test de hipótesis empleado para evaluar diferencias entre grupos fue el log rank ratio.

 

4.- RESULTADOS

El 88,5 % de las madres iniciaron la lactancia materna después del parto, siendo el índice de lactancia natural exclusiva (proporción de niños y niñas alimentados exclusivamente al pecho), en el momento del alta hospitalaria, del 75,6%. En el segundo mes, el 54,5% de los niños/as ya recibían alimentación con fórmulas infantiles, bien de manera exclusiva o combinada con la lactancia materna. El índice de lactancia natural exclusiva al 3º mes es del 37,8%, del 30,0% al 4º mes, (semana 17) y un 18.6% al finalizar el 5º mes. En el 6º mes (semana 26) un 30,7% de las madres continúan amamantando, llegando el índice de lactancia natural exclusiva al 7,5% (Figura 1).

grafico evolucion lactancia

 

Momento de introducción de alimentos sólidos, semisólidos y suaves.

Un total de 602 binomios madre-recién nacido participaron en el estudio. El seguimiento telefónico a los quince días de vida, al mes tras el nacimiento y, después, mensualmente, se realizó hasta el 6º mes o hasta el momento en que la madre dejaba de amamantar y pasaba el niño/a a recibir una alimentación con biberón con leche de fórmula. Esta situación constituye una limitación del estudio, de manera que podemos comparar los resultados obtenidos de la muestra del seguimiento, que corresponde a todos los lactantes alimentados con lactancia materna, pero no están incluidas las prácticas de alimentación de los lactantes desde el momento que han abandonado la lactancia materna.

La media de edad de introducción de alimentos sólidos, semisólidos y suaves fue de 20,8 semanas (DE: 4,5). En el 4º mes (semana 17) un 2,3% (n=7/303) de los lactantes incluidos en el seguimiento habían recibido otros alimentos diferentes a la leche. Al finalizar el 4º mes, semana 17, tenemos en el seguimiento 261 lactantes (43,7% del total de la muestra, n=261/598) que continúan siendo alimentados con lactancia materna o predominante. En el 5º mes un 74,7% (195/261) de los lactantes que continúan en la muestra del seguimiento que representan un 32,7% (n=195/597) del total, no habían iniciado la alimentación complementaria. De los 145 lactantes que continuaban con LME al 5º mes, un 69% iniciaron la alimentación complementaria (Tabla 1).

evolucion materna tabla

A la edad de 22 semanas el 81,1% de los lactantes del total de la muestra ya habían recibido alguna otra leche o alimento diferente a la leche materna. Al finalizar el estudio al sexto mes, son 45 los lactantes que continuaban siendo alimentados exclusivamente con leche materna y no habían introducido ningún otro alimento en sus dietas. Obteniéndose un índice de lactancia natural exclusiva al sexto mes del 7,5% y un índice de alimentación complementaria iniciada oportunamente del 7,5% (45/602).

grafico porc. lactantes solido

Figura 2. Porcentaje de lactantes que reciben alimentos sólidos, semisólidos o suaves.

La alimentación complementaria se inicia en la semana 13 y aumenta progresivamente hasta la semana 26 donde el 73,6% (159/216) de los lactantes que continúan en el seguimiento ya han introducido alimentos sólidos o semisólidos en sus dietas, tal como se observa en la Figura 2.

alimentos incorporados

La Figura 3 muestra el inicio de la alimentación complementaria en los lactantes del estudio. Cuando las madres alimentan a sus hijos e hijas con lactancia materna predominante, introducen la alimentación complementaria en un 22,1 % al 5º mes y un 53,2% entre el 5º y 6º mes frente al 36.7% y 80,7% respectivamente de las madres con lactancia materna.

Los alimentos que las madres emplean para iniciar la AC de los lactantes son las frutas (65%), seguidos de los zumos (40,3%) y los cereales (20,1%) en el 6º mes. (Tabla 2)

La indicación de la incorporación de otros alimentos mayoritariamente corresponde al pediatra, llegando en el 6º mes al 82% de los casos y en un 11,5% la decisión se toma entre la madre y el pediatra. Tan solo en una ocasión, fue la incorporación al trabajo de la madre el motivo del inicio de la AC. La intervención en esta decisión en cualquiera de los meses no llega a representar el 2,0%. (Figura 4)

 

Alimentos líquidos no lácteos

Tal como observamos en la figura 5, las madres que dan lactancia materna predominante utilizan los líquidos con menos frecuencia que las madres que dan lactancia materna. Los líquidos más utilizados son las infusiones en un 63,9%, seguidas del agua en un 36,1%.

Los motivos que se alegan para ello son los cólicos del lactante, el estreñimiento y la sed o el calor. La decisión de dar estos líquidos corresponde en un 44,1% de los casos al pediatra, a la madre en un 38,2% y madre y pediatra en el 8,8%.

Factores relacionados con la introducción de alimentos

Se encontraron diferencias significativas con ciertos factores maternos que influyen en la introducción de la alimentación complementaria como son el estado civil y la actividad laboral de la madre (Figuras 6-8). Así observamos como las madres con una pareja estable o con una pareja de hecho introducen más tarde los alimentos sólidos en la dieta de sus hijos/as que las madres casadas –24,2 semanas frente 23,3 semanas (p<0,05)–.

 

figura 3 otros

Figura 3

figura 4 y 5

Figura 4                                                                           Figura 5

 

figura 6 a 11

La actividad laboral materna tiene también influencia sobre el momento de inicio de la alimentación con sólidos, de manera que las amas de casa inician en la semana 24, las paradas en la semana 23 y las trabajadoras en la 23,4 semanas (p

Por el contrario, la edad materna, la paridad, el hecho de haber amamantado a otros hijos o asistir a las sesiones de preparación al parto son factores que no han demostrado tener una asociación significativa con la introducción de otros alimentos en la dieta de los niños/as. Otros factores estudiados como son el nivel de estudios, ser autónoma, la clase social familiar y el sexo del recién nacido, tampoco demostraron guardar relación con la edad en que se inicia la alimentación con sólidos en los lactantes. (Figuras 9-15) 

Por otra parte, el modelo cultural de la madre se comporta de formas muy diferentes. Las madres africanas son menos propensas a introducir precozmente la alimentación complementaria, inician en la semana 23 mientras que las madres latinas comienzan más precozmente que las españolas pero a partir del 5º mes las diferencias se minimizan. (Figuras 16-17) 

figura 12 a 17

En cuanto a la introducción de la alimentación complementaria realizada a la edad adecuada a las recomendaciones de la OMS (después de las 26 semanas de edad, que se corresponde con el 6º mes de vida), se asoció con el nivel de estudios de la madre (p=0,005), la actividad remunerada de la madre, (p=0,01), tener un trabajo remunerado (p=0,005) y el nivel económico familiar (p=0,005). No encontrando asociación entre la introducción de AC después de la 26 semana y el sexo del recién nacido, el estado civil, modelo cultural o fumar durante el embarazo. (Tabla 18)

tabla factores 26 semanas

5.- DISCUSIÓN

El índice de lactancia natural exclusiva al alta hospitalaria en nuestra Área Sanitaria es de un 75,6% y estas cifras nos sitúan con un ligero incremento del objetivo ‘Healthy People 2010’ establecido en el 75%. Este hecho puede deberse a que el Hospital del Área está acreditado como Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia desde el año 2007 y las prácticas asistenciales en el proceso del nacimiento y puerperio se han adaptado, en los últimos años, a las recomendaciones de UNICEF. En cambio, el índice de lactancia natural exclusiva al 6º mes es del 7,5%. Son resultados muy alejados del 50% que determinan las recomendaciones.

En nuestro estudio, un 2,3% de los lactantes iniciaron la diversificación alimentaria en la semana 17 (4º mes) frente al 14,8% obtenido por Santamaría en 200512 y el 28,7% que refieren los resultados de la encuesta de actitudes en alimentación infantil realizada en toda España por Morán Rey13 entre los años 1989-1991.

Obtenemos en la semana 26 (6º mes) que un 92,5% de los lactantes incluidos en el seguimiento consumían alimentos diferentes a la leche, materna o de fórmula, mientras que en la Tesis de Santamaría Orleáns12, con una muestra de 927 lactantes, ninguno corresponde a Cantabria, al 6º mes el 97,3 de los lactantes ya consumían alimentos diferentes a la leche materna o leches infantiles.

Nuestros resultados aún siendo significativamente mejores a los referidos por otros autores están muy alejados de las recomendaciones de la OMS y la AEP. Confirman que los alimentos complementarios en muchas ocasiones se introducen precozmente, favoreciendo la disminución del aporte de leche materna o incluso el abandono de la lactancia. Tan solo un 7,5% de las madres continúan con LME al 6º mes. Si el objetivo es introducir otros alimentos a los lactantes amamantados bajo la protección de la leche materna, es importante darse cuenta de que la fórmula también es otro alimento y debe ser tratada como tal14. Los padres deben ser conscientes de que la introducción de sólidos y la introducción de la fórmula pueden tener consecuencias muy diferentes para la lactancia.

Hemos comparado nuestros resultados con la encuesta de actitudes en alimentación infantil realizada en toda España por Morán Rey entre los años 1989-1991, donde un 28,7% de las madres introdujeron AC antes del 4º mes de vida del lactante, en un 55,7% de los casos por indicación del pediatra y un 30,8% por iniciativa de la madre. En este estudio los alimentos de inicio de la AC fueron los cereales (61,4%), los purés caseros (42,2%) y los alimentos industriales (8,2%).

Podemos comprobar cómo en estos años se ha producido una notable evolución; no solo se ha retrasado la edad de inicio de la AC13-15-16, sino que también ha disminuido el número de madres que inician por propia iniciativa la AC y en nuestra muestra tan solo una madre refiere consumir alimentos industriales. Estos resultados demuestra una mejora en los hábitos de la alimentación infantil y confirma cómo la labor de los profesionales sanitarios es fundamental para determinar el inicio de la Alimentación Complementaria.

La información de las madres debe comenzar en el embarazo y debe realizarse en base a la evidencia científica actual y a criterios unificados de todos los profesionales que atienden a las madres y lactantes.

En cuanto al tipo de alimento empleados, para iniciar la AC en las madres con LME, se utilizan en general de manera adecuada a las recomendaciones que aconsejan comenzar con frutas o purés de verduras, pero se hace antes del 6º mes. En nuestro estudio, en el 6º mes el 65% de las madres utilizan la diversificación alimentaria con frutas, el 40,3% zumos y el 20,1% con cereales. Estos resultados difieren en parte con los obtenidos por otros estudios, donde el alimento empleado en primer lugar fueron las papillas de cereales.13-16

Cuando las madres mantienen una lactancia materna exclusiva no estaría justificado comenzar la alimentación complementaria con cereales a excepción de aquellas madres que dispongan de leche suficiente para preparar las papillas de cereales con su propia leche. Tampoco deben darse normas rígidas a las madres, en cuanto al tipo de alimento y la forma de cocinarlo. Es necesario tener en cuenta los modelos culturales y los hábitos familiares.

Se comprueba que las madres, cuando alimentan a sus hijos e hijas con lactancia materna exclusiva, introducen la alimentación complementaria más tarde. Este hecho puede deberse a que dispongan de mayor información y estén más motivadas hacia la lactancia materna. El índice de lactancia materna exclusiva que obtenemos al 6º mes (7,5%) es similar al que describen otros estudios realizados en Noruega (7%) donde también el nivel de educación de la madre influía de manera positiva en la introducción oportuna de los alimentos sólidos. 17

foto bebe biberon

Comparando los resultados con estudios realizados con anterioridad a la publicación de las últimas recomendaciones de la OMS sobre alimentación de los lactantes se observa que los alimentos con los que se inicia la AC en nuestro estudio resultan más adecuados para el mantenimiento de la lactancia materna.

Los esfuerzos de formación en lactancia materna que ha desarrollado nuestra Consejería de Sanidad, deben garantizar la continuidad entre los niveles asistenciales en todo el proceso del nacimiento y lactancia. Los profesionales sanitarios implicados en la atención a las madres y recién nacidos, deben ser conscientes de la importancia que entraña la incorporación de la alimentación complementaria y actuar en consecuencia. Con la incorporación de nuevos alimentos, se inicia la adquisición de los hábitos alimentarios que, entre los dos y tres años de vida, se establecerán como definitivos. “La alimentación complementaria adecuada depende de una información precisa y de un apoyo competente de la familia, la comunidad y el sistema de atención sanitaria”.3


6.- CONCLUSIONES

El índice de lactancia natural exclusiva a los 6 meses dista mucho de acercarse a las recomendaciones de la OMS.

La incorporación de la AC en los lactantes con LME se realiza precozmente y mucho antes del 6º mes, sin respetar las recomendaciones de la OMS y la AEP.

Es necesario que las madres y las personas encargadas de velar por los niños y niñas, adopten prácticas óptimas de AC para asegurar el crecimiento y desarrollo apropiado de los lactantes y niños pequeños.

 

7.- IMPLICACIONES PARA LA PRÁCTICA

Deberían reforzarse las acciones formativas de los profesionales sanitarios implicados en el seguimiento de la alimentación de los lactantes y la atención del niño sano y a las madres y cuidadores de los lactantes de Cantabria para dar a conocer las recomendaciones de las sociedades científicas.

Para proporcionar esta información, la matrona adquiere un papel relevante en atención primaria de nuestro Área Sanitaria, al ser la profesional de referencia en el programa de control y seguimiento del embarazo, presente en todos los centros de salud del área y ofrece un programa de educación maternal a todas las gestantes. En atención especializada, a través de la consulta de información prenatal, se citan a todas las gestantes entre las semanas 29-32 de gestación y se las informa sobre la lactancia materna.

Son dos momentos que pueden utilizarse para dar información adecuada a las futuras madres y, teniendo en cuenta que debe garantizarse la continuidad de la atención entre niveles asistenciales, la labor de la enfermera de pediatría y, especialmente, del pediatra responsable del seguimiento del lactante en atención primaria es fundamental, a pesar de que un número importante de madres (11,3% en el 5º mes) refieran haber tomado ellas o ellas junto con el pediatra (8,2% en el 5º mes) la decisión de incorporar otros líquidos y/o alimentos a sus hijos, la información que reciben por parte de los facultativos puede ser determinante.

Deben capacitarse a todos los profesionales sanitarios implicados en el cuidado de madres y lactantes, para orientar a los padres y cuidadores en la conveniencia del retraso la introducción de los alimentos sólidos, semisólidos y suaves, en las dietas de los niños y niñas.

Al mismo tiempo, resulta imprescindible elaborar protocolos fundamentados en la evidencia, que resulten coherentes y respetuosos, al mismo tiempo, con los diferentes modelos culturales de las madres y familias.

En nuestro estudio, cuando las madres daban por finalizada la lactancia materna se daba por finalizado el seguimiento, por ello, para futuras investigaciones sobre esta temática sería interesante incluir en el seguimiento a todos los lactantes, incluso después de haber iniciado la lactancia artificial, para poder conocer y comparar cómo se realiza la diversificación alimentaria en todos los lactantes de Cantabria.

 

8.- BIBLIOGRAFÍA

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